PARADAS PARA DESCUBRIR PUENTE DE VALLECAS

A 15 minutos en metro de Sol está Puente de Vallecas. Un barrio en Madrid que va más allá de calles populosas, tiendas de segunda mano, kebabs y el afamado Rayo. Su historia está unida a la lucha vecinal, la música heavy, la cerveza, la cocina más castiza, a lo alternativo y al grafiti. Puente de Vallecas es más de lo que muchos piensan.

Su nombre viene de un pequeño puente que cruzaba el arroyo de Abroñigal, ahora canalizado por debajo de la M-30, y que llevaba a las huertas y al pueblo de Vallecas. Poco a poco se fue creando a su alrededor un barrio de casas populares, talleres y fábricas que empezaron a conformar el paisaje y paisanaje de lo que hoy es Puente de Vallecas.

ARTE URBANO Y AZULEJERÍA POPULAR

Puente de Vallecas es arte urbano. Grandes artistas han intervenido fachadas, muros, cerramientos de tiendas, convirtiendo sus calles en un verdadero museo de arte callejero. Es más, Boa Mistura tiene su estudio en lo que fue un antiguo taller mecánico en la calle Monte Perdido, y una de sus últimas obras, llamada RE-VS. (Reversus), se ha pintado en su fachada lateral.

En la calle Gonzalez Soto, 19 está el más famoso de los murales de arte urbano de Puente. Se ubica en un solar autogestionado, desde hace 7 años por los vecinos, conocido como Sputnik. Es la inmensa Graciela, icono de la historia habanera de los años 80, y hoy, posiblemente, una de las vecinas más famosas del barrio y pintado por la artista Lian (@muraleslian).

Otros murales son las tramas geométricas de los italianos Sten.Lex en la Avenida de la Albufera 76 o “La Contradicción” de la argentina Hyuro (@h_y_u_r_o) en la C/ Martinez de la Riva 33. Y hay que callejear para descubrir en cierres de garajes, tiendas y paredes olvidadas muchos otros grafitis artísticos como un divertido Popeye, un taxi de los años 70, un gato de mirada intensa o un homenaje a Las Vegas.

Y si lo que se busca son recuerdos del pasado de Puente de Vallecas hay que pasear por la avenida Monte Igueldo, hoy una calle vivaracha llena de restaurantes, tascas, rastrillos de ropa de segunda mano y que antaño fue una algarabía de colmados y pequeños ultramarinos. Así quedó escrito en varias fachadas a base de rica azulejería que se conservan muy bien en los números 96 y 103.

EL MUSEO DE BOMBEROS Y ROBERT CAPA

En la empinada calle Pío Felipe se ubica una de las estaciones de bomberos más grande de la capital y que desde hace poco tiempo guarda el Museo de Bomberos de Madrid. Allí se exponen los primeros vehículos que usó el consistorio para sofocar fuegos, se explica de forma didáctica y divertida la evolución de los uniformes y la historia de los más famosos incendios de la capital. Un lugar que es la delicia de los más pequeños.

Y si se habla de historia hay que retroceder a la Guerra Civil. Puente de Vallecas sufrió mucho en los primeros meses de la contienda. El fotoperiodista Robert Capa se trasladó a esta zona humilde de Madrid para testificar el horror de la guerra. En lo que hoy es Entrevías realizó uno de sus reportajes fotográficos más famosos que sobrecogió a toda Europa. Varias de las casas que fueron bombardeadas y que fotografió siguen en pie, en la calle Peironcely. Vecinos y asociaciones luchan para que se conviertan en un centro de interpretación de lo que allí ocurrió.

UN BARRIO SOCIAL Y MUY HEAVY

Puente de Vallecas va unido a la acción social de barrio. Aquí nació la primera asociación vecinal de Madrid, a finales de los 60, que luchó por dignificar la vida de sus vecinos. Una lucha que sigue gracias a nuevos colectivos y tiendas sociales. Algunos ejemplos son el Ateneo Vallecano, la asociación juvenil La Cla o La Villana en la calle Montseny, 35 (a punto de mudarse al parque Amos Acero). Ésta última es un centro autogestionado que aglutina a más de una quincena de asociaciones culturales, sociales, vecinales y deportivas que revuelven de forma divertida, digna y justa el barrio con multitud de actividades como conferencias, conciertos, cinefórums o el Orgullo Gay Vallekano. En su sede puede tomarse una copa, un café, tapear o cenar.

Otros “agitadores” del barrio son Bego y Jorge, los artífices de la librería La Esquina del Zorro (C/ Ramón Calabuig, 27). Un lugar donde la literatura fuera de los circuitos comerciales se da la mano con otros libros sobre el barrio, su historia y sus gentes o con ensayos sociales. Un lugar donde no faltan los Coloquios del zorro, presentaciones e improvisados conciertos.

Y hablando de música, Puente de Vallecas suena a rock duro. De sus templos del heavy, del punk y ska salieron bandas míticas como Obus o Ska-P, entre otros.

Ver fotos: las calles más bonitas del mundo

Su vecina más rockera, Ángeles Rodriguez, tiene su estatua en el Bulevar de Peña Prieta. La conocida abuela rockera, llegó a ser portada de un LP del grupo de heavy metal Panzer, y es el símbolo de lo que fue y es el rock duro para este barrio.

Hoy aún quedan locales donde el heavy metal es el rey como Algo Salvaje Rock Bar (C/ Párroco Emilio Franco, 11). Pero el heavy es más que música, es toda una cultura. Si se quiere comprar las mejores discografías o indumentaria rockera hay que acudir a Potencial Hardrock, todo un clásico con 40 años de vida, (C/ Lozano, 5), Aguja del Metal (C/ Tomás Esteban, 15) o Punk Rocket Madrid Shop (C/ Enrique Velasco, 25). Incluso el Mercado Municipal de Numancia (C/ Josefa Díaz, 6) es el más heavy de la capital.

Aquí conviven las tiendas de alimentación de siempre con las tiendas y bares de ambientación heavy metal. Cocina mexicana en Valletako, unas birras en la Taberna Kanalla, la Coqreta de Vallekas o unas hamburguesas en A las Bravas son algunas paradas obligadas. Ropa y complementos rockeros en Estanko Martín o conciertos en La Trinchera también esperan en este mercado de Puente de Vallecas.

GASTRO TOUR VALLEKANO

Y ya que hablamos de comer, un gastro tour que se precie por Puente de Vallecas debe iniciarse con el desayuno en Churrería Pinilla, churros clásicos con café o chocolate en la calle Peña Prieta nº 6 desde 1930.

Y a la hora del vermut hay que hacer parada en Casa Fernando en Avenida de la Albufera, 31. A punto de cumplir 100 años y donde las gildas, sus boquerones y mejillones a la vinagreta son el sabor de antaño y apuesta segura. Pero hay más. ¿Unas croquetas de cebra, unos fingers de cocodrilo y unos huevos de avestruz rotos? Bar Macarena (C/ Puerto Pajares, 5), el bar de moda desde hace sólo un año. ¿Unos caracoles? Taberna Las Piedras, dicen que de los mejores de Madrid (C/ Carlos Martín Álvarez, 34) ¿Ambiente divertido? En la Bombonera de Vallecas en la calle Monte Perdido, 148.

¿Algo más que tapas? El cocido de Antonio Cosmen, Premio Nacional de Hostelería, lleva la fama de ser uno de los mejores del mundo. Desde hace años la Cruz Blanca de Vallecas (C/Carlos Martín Álvarez, 58) tiene lista de espera para degustarlo. Otro clásico es Pancipelao (C/ Sierra de Alquife, 26), exquisita cocina castellana. Y en la Avenida San Diego, 96 Casa Doli lleva 60 años dando de comer bien al barrio. Son famosas sus alcachofas con topping de ibérico, sus anchoas del Cantábrico y su exquisito bacalao.

Apunte para cerveceros. Puente de Vallecas tiene su propia cerveza, CCVK (Compañía de Cerveza Valle del Kas). Puede visitarse su nueva fábrica cerca de la estación de Entrevías o pasar una tarde de charla y amiguetes en su taproom en C/ Enrique Velasco, 21, donde Daniel de Julián nos ofrecerá y explicará sus seis afamadas cervezas vallecanas junto con otras más experimentales. Desde la primera que crearon, una cerveza roja irlandés llamada RedKahs, a otras de sabor más suave como la Villana o la VIITips, una rubia muy aromática.

EL RAYO, LA SAN SILVESTRE Y LA BATALLA NAVAL

Cada 31 de diciembre, Puente de Vallecas está unido a la San Silvestre popular, carrera que termina en el estadio del Rayo Vallecano. Un club que, por cierto, este año cumple su centenario. Tercer equipo de fútbol de la capital el cual no tiene derbi, su estadio está incompleto pues le falta un fondo; pero es único, inimitable, auténtico y ruge cuando hay partido gracias a los bukaneros.

Pero esto piratas futboleros no son la única unión de Puente de Vallecas con el mar. El fin de semana más cercano al día del Carmen se celebra la afamada Batalla Naval de Vallecas. Lo que empezó como una chiquillada veraniega de lanzarse agua de las fuentes, hoy es una de las citas más divertidas y de mayor jolgorio de los Veranos de la Villa de Madrid. La Cofradía Marinera de Vallecas es la que dirige un inmenso barco que navega entre olas de multitud de gente por las calles del barrio. Agua por doquier y la divertida reivindicación de Vallecas como puerto de mar.

DICEN QUE EL MEJOR ATARDECER DE MADRID ES VALLECANO

Una visita a este barrio debe terminar en el Cerro del Tío Pío, conocido como el Parque de las Tetas. Siete inmensas lomas que se formaron al prensar los escombros de multitud de chabolas de la zona acogen hoy uno de los mejores atardeceres de Madrid.

Hoy nadie recuerda esta historia al subir a lo alto de alguna estas “tetas” y deleitarse con una de las mejores vistas de la capital y un maravilloso atardecer sobre el skyline madrileño con música chill-out como banda sonora. No había mejor final a este tour por Puente de Vallecas.

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