NO SOLO LA TORRE DE PISA: EDIFICIOS INCLINADOS ALREDEDOR DEL MUNDO

No tuerzas la cabeza, no eres tú, sino el edificio que estás contemplando. Si esto fuera un concurso de la tele y te preguntáramos por el edificio inclinado más famoso del mundo, estamos seguros de que te alzarías con el gran premio, ya que el campanile de Pisa (o su torre inclinada si prefieres llamarla así) es una imagen que, una vez que se contempla, no se olvida fácilmente debido a su inclinación.

Hoy no solo vamos a acercarnos hasta la bella ciudad italiana de Pisa, si no que vamos a recorrer otras partes del mundo en las que también se puede disfrutar de edificios de todo tipo que sufren una inclinación que desafía las leyes de la gravedad. Desde faros y templos hasta campanarios o casitas que parece que han sufrido la ira de Eolo, el dios de los vientos.

La inclinación de estos edificios no es un resultado deliberado del diseño inicial, sino que se debe a problemas de cimentación, condiciones y particularidades del suelo o errores de cálculo. Sin embargo, a lo largo de la historia, estos fallos han acabado transformado las edificaciones en atracciones turísticas, símbolos de ingeniería y puntos de referencia culturales.

Ponemos rumbo a Italia y llegamos hasta Pisa. Allí se encuentra su famoso campanile, más conocido como la Torre inclinada de Pisa. Esta torre campanario, de mármol blanco, comenzó a construirse en 1173 y en muy pocos meses empezó a torcerse debido a un asentamiento desigual del suelo. Con una inclinación de más de cinco grados, se ha visto envuelta en diversos trabajos de estabilización durante varios siglos para prevenir su derrumbamiento.

En la actualidad, la Torre de Pisa atrae a millones de viajeros cada año, ansiosos por hacerse una foto empujándola con sus manos o posando en curiosos ángulos que resaltan aún más su característica inclinación.

De Italia nos trasladamos hasta Suurhusen, un pueblecito ubicado en la alemana región de Frisia oriental. Allí descubrimos la iglesia que ostenta el título del edificio religioso más inclinado del mundo, según el Libro Guinness de los Récords. Construida en el siglo XIII, esta iglesia luterana comenzó a inclinarse de forma gradual debido a la extracción de turba en las inmediaciones. Esto causó un asentamiento desigual en el terreno y acabó provocando dicha inclinación.

En la década de 1970, se tuvo que intervenir para evitar que la iglesia se derrumbara por completo. Se restauró y se reforzó su estructura y, gracias a ello, hoy se puede visitar e, incluso, subir a su torre campanario para disfrutar de unas impresionantes vistas.

Cruzamos el charco, como se suele decir vulgarmente para llegar hasta Puerto Morelos, en México. Allí contemplamos un faro cuya base parece estar completamente enterrada (e inclinada) sobre la arena. El responsable de dicha inclinación tiene un nombre concreto: Beulah. Y no se trata de su constructor, sino del huracán de categoría 5 que en septiembre de 1967 destrozó parte de este pueblo pesquero, dejando su faro inclinado.

No es la única vez que los huracanes han azotado esta localidad, ya que también fueron de bastante intensidad los acaecidos en 1988 y 2005. Eso sí, a pesar de su virulencia no consiguieron tirar la estructura que hoy se contempla como un verdadero símbolo de resistencia. 

En una de las calles principales de Windsor y muy cerca del castillo real descubrimos la que hoy se conoce como Market Cross House o casa torcida de Windsor. Este edificio de tres plantas se construyó en 1918 y, desde entonces, ha albergado todo tipo de negocios, desde joyerías, carnicerías o tiendas de flores. Actualemnte, en cambio, se ha convertido en una atracción turística en la que poder tomarse unas cuantas fotos y descubrir su coqueto interior.

No se conoce con exactitud el motivo que ha llevado a que se produzca tal inclinación, aunque la teoría más extendida es que hubo un problema cuando se colocaron los cimientos de roble. También hay quien cree que su grado de inclinación se debe a los efectos provocados por la demolición de algunos de los edificios contiguos.

Las torres Asinelli y Garisenda, construidas entre los siglos XII y XIII, marcan el perfil de la ciudad italiana de Bolonia. La Asinelli es la más alta, gracias a sus casi 100 metros de altura y cuenta con una inclinación de más de un metro respecto a la vertical, mientras que Garisenda es bastante más pequeña (con 48 metros), pero cuenta con una inclinación de más de 3 metros sobre la vertical.

Es necesario verlas desde una distancia considerable para apreciar su inclinación. Y esta resulta tan impactante que parece que las torres vayan a juntarse en algún momento si se siguien elevando hasta tocar el cielo. Y, parece que la inclinación en estos casos no se debe a fuerzas de la naturaleza o problemas en la cimentación, sino a un error de cálculo a la hora de levantarlas.

Nos trasladamos ahora hasta Ámsterdam para disfrutar de su impresionante arquitectura y, en concreto, de sus casas inclinadas. La mayoría de edificios residenciales muestran una ligera inclinación hacia delante debido al continuo uso de las poleas que se sitúan en el tejado del edificio y sirven para poder subir muebles y otros enseres a través de la fachada. Su uso a lo largo de los años sumado al suelo arcilloso de la ciudad ha conseguido esta inclinación tan característica.

No solo hacia delante. Algunos de los edificios más bellos de la ciudad de los canales son una locura arquitectónica, ya que se tuercen hacia cualquier dirección dando lugar a unas imágenes de lo más surrealistas. La explicación no tiene mucho misterio: ya hemos hablado del suelo arcilloso y a eso se suma que, durante años, las familias más modestas tuvieron que ir construyendo sus casas en diferentes etapas dando como resultado casas no encuadradas y ‘danzantes’. Muchas de ellas se tuercen hacia los costados apoyándose en las casas vecinas. Y, para que no se dañen las estructuras, se han instalado cuñas que, con un poco de atención, se pueden descubrir en muchos edificios.

Finalizamos este recorrido por algunos de los edificios inclinados alrededor del mundo en China, más concretamente en la ciudad de Suzhou (conocida por sus canales). Allí descubrimos la impresionante Pagoda de la Colina del Tigre, que muchos conocen como la torre inclinada de China. Vamos, que no se han comido mucho la cabeza.  Esta construcción se encuentra en la cima de la ciudad y, ojo, porque se acabó de levantar en el año 961, durante la dinastía Song.

La torre alcanza los casi 50 metros de altura y hoy en día se sostiene gracias a los diversos trabajos de estabilización llevados a cabo en la década de los 50. Eso sí, a pesar de ello, sigue manteniendo una inclinación de más de 3 grados.

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