JAIONE CAMBORDA: “ES NECESARIO CREAR UN TURISMO SOSTENIBLE EN EL TIEMPO”

El pasado mes de octubre, la directora Jaione Camborda (Donostia, 1983) ganaba la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián con su película O Corno. Con la historia de María (Janet Novás), una mariscadora de Illa de Arousa que, a principios de los 70, ayuda a otras mujeres a dar a luz y que se verá obligada a huir de su hogar, se convertía en la primera mujer española en alzarse con este galardón.

Seis meses después, nos dice que ya lo ha asimilado, pero que no está demasiado segura de entender lo que significa. Es consciente de que, de cara a su próximo proyecto, esto supone nuevas posibilidades, y espera que todo lo que le ha pasado la avale para poder mantener la libertad que siempre ha buscado (“y, por suerte, siempre he acabado encontrando”).

Reconoce que hay cosas de su entorno que también han cambiado, pero agradece enormemente que el cine de autor no sea cosa de dar una fama terrible, de esa que no te deja ni salir a la calle. “Para mí, el anonimato es algo maravilloso y que sigo teniendo y eso no ha cambiado”.

Jaione ha pasado unos días participando como tutora en Conecta Lab, unas residencias en las que creadores audiovisuales trabajan en la escritura y desarrollo de sus guiones y que organiza CREA (Asociación Gallega de Profesionales de la Dirección y Realización). Tienen lugar en la Isla de San Simón, en la ría de Vigo, donde hablamos con la directora sobre los paisajes de O Corno. También de la ciudad que la enamoró, del turismo y la necesidad de desarrollar modelos sostenibles, de sus raíces y de cómo le gusta viajar.

Condé Nast Traveler: Para tu película ‘O Corno’ pasaste por un laboratorio de desarrollo parecido a este en el que eres tutora. ¿Cómo es estar ahora en el otro lado?

Jaione Camborda: Me vino bien estar en el otro lado para entender qué es lo que te ayuda y no te ayuda o lo que provoca que alguien entre en tu proyecto. Si leyéramos el guion de cualquier cineasta, en su primera versión siempre hay elementos que se detectan y que deben de transformarse o de crecer. Mi labor aquí es detectar eso y preguntar mucho a la persona, más que darle respuestas, y que de esas preguntas vaya surgiendo el acercamiento, el desde qué perspectiva miramos lo que estamos rodando.

*En la actualidad, la Isla de San Simón acoge residencias de artistas.*

CNT: ¿Qué aporta un enclave como la Isla San Simón a un proceso creativo?

JC: Es un lugar especialmente fértil a nivel creativo y su enclave es espectacular: estás metido en la ría, con una sensación de estar habitando un lugar que no está habitado y eso le da un momento excepcional. Es un lugar en el que el tiempo se detiene, se suspende, se dilata y es muy inspirador por la belleza y la arquitectura que tiene y, a la vez, sabes que estás en un lugar con una historia muy fuerte, muy poderosa, con lo cual los sitios que recorres te evocan también muchas imágenes, muchas sensaciones.

CNT: El punto de partida de ‘O Corno’ es también una isla, A Illa de Arousa. ¿Qué te inspiró para empezar ahí?

JC: He de decir que fue un lugar inspirador en la película, una de estas imágenes que están de manera abstracta en el proyecto antes de comenzarlo. Me inspiró mucho su paisaje. Hay una zona que se llama O Carreirón, que es una zona protegida de la isla. Tiene una vegetación, unos helechos como muy grandes, muy altos, incluso por encima de la escala humana, y se generan unos caminitos entre los helechos en los que el ser humano está metido en la naturaleza. Esto dialogaba mucho con la idea que tenía de que la naturaleza y el hombre se fusionaran en esta película siendo lo mismo. Era un lugar muy evocador y que, además, el paso del tiempo se nota mucho en su vegetación.

Por otro lado, es una zona de muchas mariscadoras. Cuando baja la marea y se quedan las marismas, el lodo, ellas se agachan en una postura muy entregada a la tierra y rebuscan en ella para encontrar los moluscos y, de alguna manera, se fusionan con el paisaje, forman parte de ello y me parecía muy evocador. Estas mujeres, estas personas muy apegadas a la tierra, formando parte de esa naturaleza y a la vez muy entregadas, muy en el sacrificio.

CNT: La naturaleza de Galicia como refugio para la protagonista.

JC: Es un lugar de envoltura, pero también es un lugar en el que de alguna manera te sientes más desprotegido. Cuando en la naturaleza llega su noche, llega su soledad en este personaje, la naturaleza también se vuelve algo ajeno que está lleno de lugares inciertos, no explorados, de algo más salvaje y también la película, en ese sentido, va transicionando.

CNT: Eres de Donostia, pero acabaste afincándote en Santiago de Compostela. ¿Qué tienen Galicia y esta ciudad para que te instalaras allí?

JC: Yo llegué por amor. Es una tierra que, cuando llegué, me fascinó. Su paisaje, su costa, su naturaleza y su gente me cautivó, pero hay una ciudad con la que yo me acabé de enamorar de Galicia, que es Santiago. Cuando llegué a Santiago y vi esta ciudad pequeña, hermosa y llena de cultura y de gente inquieta, con buenas tertulias, un poco gamberra, pero a la vez también como muy conectada con el pensamiento, eso me cautivó. Es una ciudad que, pese a su dimensión, tiene una vida cultural muy rica y eso para mí fue muy importante.

CNT: Como directora, tengo que preguntarte por salas de cine. ¿Alguna que recomiendes en Santiago?

JC: Hay una sala de cine que se llama Numax, que es una cooperativa y que además llegó en un momento en que cerraron casi todas las salas. Nació Numax, como un brote de algo nuevo, tienen una sala y proyectan cine de autor, suceden muchos eventos y tienen su librería. Hay algo como más holístico, de reflexión respecto al cine.

CNT:  ¿Cómo se lleva vivir en Santiago con la gran cantidad de turismo que hay?

JC: La ciudad se ha transformado mucho con el turismo y creo firmemente en la necesidad de la labor política de crear un turismo sostenible en el tiempo. Todos somos turistas. A mí me encanta viajar y es una maravilla tener esa posibilidad y descubrir sitios, pero si no es sostenible, si no hay una pedagogía de respetar el lugar al que vamos, de convivencia entre el autóctono y el turista, se deterioran los sitios, se transforman tanto que la gente autóctona se ve abocada a huir a la periferia. Por ejemplo, el Camino es maravilloso, súper recomendable para todo el mundo, pero sí que hay que tener una pedagogía. Cuando se llega, hay mucha gente que llega cantando y es bonito, pero no son conscientes de que no son los únicos.

CNT: Y tú, ¿qué tipo de viajera eres?

JC: Me gusta mucho improvisar, me gusta mucho simplemente deambular, poder entrar en contacto con la gente de allí, me encanta viajar a través de alguna amistad o de alguna persona que es autóctona. Creo que cada país o lugar te invita a viajar de una manera diferente. Es adaptarse, me gusta viajar con el respeto hacia la gente que hay allí, informarme sobre su idiosincrasia: desde la religiosidad de ese lugar, la política…

CNT: Tu padre es de Perú, tu madre, de Catalunya; y tú, de Donostia. Cuando quieres reencontrarte con tus raíces, ¿a dónde vas?

JC: Eso es algo curioso. Para mí, en la adolescencia, esta identidad tan poliédrica supuso como una crisis de identidad. Ahora no me causa ninguna crisis. En Galicia, me siento en casa; pero a la vez, voy a Donostia y es mi tierra natal y me siento en casa; e, incluso, voy a Perú y me siento súper vinculada a Perú y a toda mi familia peruana. De hecho, voluntariamente me he sacado la doble nacionalidad hace tiempo porque me siento muy identificada con esa tierra. Y obviamente, Catalunya, cuando vuelvo, es también un lugar reconocible desde una intimidad muy fuerte.

CNT: ¿Qué visitas cuando viajas a Perú?

JC: Mi padre es limeño, pero he tenido la oportunidad, con mis primos, de viajar y de conocer mucho Perú y la verdad, es que la selva me fascina. Perú si algo tiene, es la exuberancia total, tanto de la selva amazónica o alguna otra, como de los Andes. No hay nada pequeño. No es una pequeña sierra. En los Andes, aprendí mucho de la vida. Y, aparte de una costa muy importante, el desierto, que es algo que a veces se nos olvida y es un lugar fascinante, que creo que me aportó mucho aprendizaje vital.

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CNT: ¿Cuál es el último viaje que has hecho?

JC:  La semana pasada estuve en Cartagena de Indias. La verdad es que la película me ha hecho viajar bastante y fue muy interesante. Ya había tenido la oportunidad de estar antes. Es un sitio hermosísimo, pero también con una complejidad muy fuerte. Eso sí, hacía un calor impresionante.

CNT: Con tanto viaje, ¿qué le pides a un hotel?

JC: Depende de donde vaya. Por ejemplo, cuando viajo a la selva de Perú, me gusta que no tengan paredes y con una mosquitera poder escuchar esa orquesta sinfónica de los animales. Pero si viajo a Cartagena, que tenga un poco de aire acondicionado porque se te va subiendo la temperatura corporal y hay que bajarla. Depende del lugar. ¿Qué le pido a un hotel? Quizás, que esté ubicado en una zona que me vaya a aportar.

CNT: ¿Cuál es tu viaje pendiente?

JC: Me encantaría ir a África. Solo conozco Marruecos y es un continente para mí muy inexplorado.

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