CONSEJOS PRáCTICOS PARA HACER EL CAMINO DE SANTIAGO POR PRIMERA VEZ

Uno decide que va a hacer el Camino de Santiago de repente. En un momento dado, sin grandes ceremonias ni solemnidades, esa idea que llevaba desde siempre orbitando nuestros pensamientos se materializa convirtiéndose en una certeza. Entonces sabes que te vas.

Calculas días de vacaciones disponibles, cuadras período en la oficina y… ¿Y ahora qué? ¿Qué Camino hago? ¿Dónde lo empiezo para llegar a Santiago con los días que tengo? ¿Cuándo comienzo a entrenar? ¿Cuánto entreno? ¿Qué calzado me llevo? ¿Dónde voy a dormir? ¿Voy sola o no?

Y entre tanto desconcierto, una consigna, el miedo se queda en casa; y un mantra: es solo caminar, un pie delante del otro. A partir de ahí, todas las dudas tienen respuesta.

QUÉ CAMINO HAGO

En Europa hay 80.000 kilómetros de Caminos de Santiago, unos 256 caminos señalizados como Itinerario Cultural Europeo. Son datos de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid , quienes explican a Traveler.es que el país que más caminos tiene es Francia , con 56 y 17.000 kilómetros; le sigue Alemania, con 49 caminos y 15.500 kilómetros; y, por fin, España, que cuenta con 49 caminos y 15.000 kilómetros.

Por tanto, ¿cuál escogemos? “Si es la primera vez, el Camino Francés porque es el que tiene mayor infraestructura, mayor número de peregrinos, el que está mejor señalizado (flechas amarillas) y, si se van a hacer los 100 últimos kilómetros, que aproximadamente un 80% hacen los 100 últimos kilómetros, desde Sarria ”, cuenta Jorge Martínez-Cava, presidente de la Asociación.

¿CUÁNTOS KILÓMETROS HAGO AL DÍA Y DESDE DÓNDE EMPIEZO PARA LLEGAR A SANTIAGO?

“La distancia recomendable es la que a cada uno le apetezca y, desde luego, sin agobio. Es infinitamente mejor no terminar el camino y empalmarlo al año siguiente o cuando se pueda, a ir con la lengua fuera para llegar el primero al albergue. El Camino hay que hacerlo día a día y hay que disfrutar”, recomienda Martínez-Cava.

Teniendo esto en cuenta, la distancia media puede ser de 15-20 kilómetros o, incluso, 25 o 30 kilómetros. “Más no merece la pena porque dejas de disfrutar y en el Camino hay que disfrutar de la naturaleza, del arte, de la gente y si vas a hacer 50 kilómetros, pues no haces otra cosa”.

¿SOLA O ACOMPAÑADA?

“Si es la primera vez, posiblemente con alguien; salvo que estés muy habituado a andar. Hay gente que se asusta de ir solo o sola, sobre todo, las mujeres por el tema de las agresiones”, explica Martínez-Cava para rápidamente aclarar que “el Camino es muy seguro, no hay realmente problemas” y que las agresiones en un lugar por el que transitan unas 300.000 personas al año son las equivalentes a las que puede haber en cualquier otro sitio.

PRESUPUESTO MEDIO DIARIO

Si vamos a hablar de consejos para hacer el Camino de Santiago, hay que hablar de presupuesto. De media, para quienes vayan a andar unos 20 kilómetros serían unos 30 euros diarios. “Vas a gastarte aproximadamente unos 10-12 euros del menú de peregrino por la noche; más el bocata de media mañana o la compra que tengas que hacer, otros 5 o 7 euros; y entre 5 y 12 euros para dormir, más el café”.

¿DÓNDE VOY A DORMIR?

Y, sobre todo, ¿reservo antes de empezar el Camino o sobre la marcha? En el Camino hay tres tipos de albergues: de donativo, públicos y privados. En los primeros, el peregrino decide libremente lo que paga por su estancia, pero, y esto es importante, paga algo; en los segundos, el precio suele rondar los 6 euros ; y en los últimos, se sitúa en torno a los 10 euros.

“En los albergues, hasta Sarria, hasta Galicia , no va a haber problema; salvo en verano, en julio, que hay problemas en todos los sitios. A partir de Galicia, de Sarria, mi recomendación es albergue privado y reservar. Te quitas el problema, te desentiendes de llegar a la carrera y sabes que tienes cama”, reflexiona Martínez-Cava.

Ir a la carrera, además de impedirte disfrutar, no sirve de nada. “No vas a llegar nunca antes que los franceses. No se sabe de ningún francés que haya hecho el Camino de día, empiezan a las 4 de la mañana. Se sabe que son ellos porque mueven bolsas y cuando tú te despiertas a las 8, los franceses ya han desaparecido”, bromea.

CREDEN… ¿QUÉ?

La credencial es esa especie de cuadernillo desplegable que te identifica como peregrino y en el que irás coleccionando sellos que acreditarán los lugares por los que has pasado.

“Es la carta de presentación y el carné que sirve para dormir en los albergues y para obtener, si quieres, la Compostela, que es el documento que acredita que has hecho el Camino, al menos 100 kilómetros andando o 200 en bicicleta”, explica Martínez-Cava.

Se utiliza desde el siglo X. “Antes era una carta que firmaba el cura, el alcalde, la autoridad del pueblo, y servía para decir que la persona que estaba peregrinando era buena persona y que se le acogiera adecuadamente, cristianamente. Tenía también otro sentido: el de no tener que pagar alcabalas al entrar en los pueblos porque eras peregrino y no eras comerciante y, por tanto, no tenías que pagar impuestos”.

En la actualidad, basta con sellar la credencial una vez al día antes de llegar a Galicia y, al menos, dos veces una vez se entra en esta comunidad autónoma. Se puede adquirir por unos 2 euros en las diferentes asociaciones de peregrinos así como en el lugar donde se vaya a comenzar el Camino.

¿HAY QUE ENTRENAR ANTES DE EMPEZAR EL CAMINO?

Sí. No es necesario ser un atleta, pero sí es recomendable tener una cierta preparación. “Hay que estar habituado a andar, a ritmo pequeño, pero horas porque en la práctica vas a estar todo el día andando”, explica Martínez-Cava, recordando la importancia de hacer paradas cada hora, hora y media para descansar y, sobre todo, para disfrutar del pulpo, la empanada y, por qué no, del buen vino

“Hay que acostumbrarse a andar, posiblemente un par de meses o tres antes. Ir andando un poquito, coger ritmo y habituarse a llevar peso porque, aunque sea muy poco, no todos estamos acostumbrados a llevar siete, ocho o nueve kilos de peso ”. Y esto nos lleva al siguiente punto.

LA MOCHILA

“Para evitar que la espalda se cargue innecesariamente, es importante que la mochila tenga unas buenas correas de hombros ergonómicas, acolchadas y ajustables; y cinturones ajustables, tanto para el pecho como para la cintura. Esto permite repartir bien las cargas e ir jugando con ellas”.

El que habla es Carlos Hernández Delgado, fisioterapeuta en la clínica Pilates Lab, que en agosto de 2017 se lanzó a hacer el Camino Primitivo, desde Oviedo a Santiago en 13 etapas.

“En cuanto al peso que deberíamos cargar, se suele recomendar un 10% de nuestro peso corporal. En mi caso, 8 kilos pero creo que mi mochila no llegaba ni a 6 kilos. Para conseguirlo, cogí la más pequeña que tenía, una mochila de montaña de 25 litros”, aconseja Hernández.

“Lo que hay que meter en la mochila es exactamente la mitad de la mitad de lo que tenías previsto llevar. Aquí recomendamos que llenes la mochila y que, una vez llena, con las cosas imprescindibles la vacíes y quites la mitad. Vuelvas a llenar la mochila y la vuelvas a vaciar y vuelvas a quitar la mitad. Literal: 7 kilos de peso”, recomienda Martínez-Cava.

¿Y qué cabe en 7 kilos de peso? “Un pantalón corto y uno largo o de cremallera; ropa interior, la mínima, de quita y pon porque se puede lavar por la noche y luego llevarla secando en la mochila para lo que hay que llevar imperdibles. Tres camisetas: una para dormir (no hay que llevar pijama) y dos de quita y pon; un forro polar ligero, un saco ligero, y tres pares de calcetines para tener recambio”, enumera Martínez-Cava, apuntando que esta mochila sería para primavera, verano y otoño. En invierno haría falta un poco más de equipamiento.

Además, no se puede olvidar una “gorra, gafas oscuras y crema solar de protección fuerte porque vas a estar ocho o 10 horas al aire libre y lo que quema no es solo el sol, sino estar a la intemperie”, advierte.

En este momento es cuando uno se pregunta cómo va a hacer para llevar tan poco equipaje. “No nos vamos al Sáhara. Si durante el viaje echas en falta algo, siempre puedes adquirirlo en cualquier pueblo. Así, además, colaboras con el comercio local”, cuenta Hernández, quien vio a peregrinos cargar con botes de gel de un litro o montones de latas de conserva. “Una de las enseñanzas que tuve del Camino fue que realmente necesitamos muy pocas cosas”.

Como apunte por si algún día nos faltan las fuerzas, conviene tener en mente que existe la posibilidad de enviar el equipaje de una etapa a otra utilizando los servicios de diferentes empresas privadas o los que ofrece Correos . Esto no quiere decir que te lances a cargar con esas latas de conservas.

LA ESPALDA

Mucho se habla de los pies y de las temidas ampollas a la hora de preparar el Camino de Santiago, pero poco de la espalda. Es cierto que cada vez existe más oferta de fisioterapeutas que prestan sus servicios en los diferentes caminos, pero, como señala Hernández, “no deberíamos dejar este asunto solo en sus manos”.

“La prevención es lo más importante si realmente queremos disfrutar del viaje. Además de estrenar mis botas un mes antes, cuando salía a caminar solía hacerlo con la mochila que me iba a llevar”, cuenta.

El fisioterapeuta destaca también la importancia de hacer ejercicio de forma habitual para llegar en forma y si no es el caso, “convendría que durante ese mes previo incluyas en tu rutina ejercicios para fortalecer la espalda”.

¿Alguna recomendación? “El más sencillo y completo, unas buenas planchas, pero también puedes incluir cargas y trabajar ‘peso muerto’, remos, jalón al pecho… o meterte en clase de pilates”.

BOTAS

¿Cómo sé que las botas que voy a comprarme son las adecuadas? Es más, ¿tengo que llevar botas necesariamente? “Sandalias, botas, zapatillas… con lo que andes. Da igual. No hacen falta botas de trekking. Hacen falta zapatillas cómodas de suela rígida, o, bien, sandalias también. A lo que tú estés habituado”, sentencia Martínez-Cava.

Probablemente, mientras lees este artículo no estés habituado ni a una cosa ni a otra y estés pensando en qué día tienes hueco para ir a comprar unas botas / zapatillas / sandalias y en cómo vas a hacer para elegir.

“El pie dentro tiene que quedar holgado, que no esté justa la bota, que sea incluso medio número más larga para que los dedos puedan moverse bien y que la bota sujete bien el pie”, recomienda la podóloga I.M.P.

ESTIRAR

Si después de hacer deporte en el gimnasio dedicas unos minutos a estirar, ¿por qué no vas a hacer lo mismo después de pasar cuatro horas caminando? “Hay muy poca conciencia de lo importante que es prepararse un viaje así y de lo conveniente de cuidarse durante él”, reflexiona Hernández.

“Creo que era de los pocos peregrinos que se ponían a estirar después de una etapa. Una buena tabla de estiramientos no nos llevará más de 20 minutos y sientan estupendamente después de una buena ducha”, explica.

“Como la cosa no estaba para llevarse de equipaje el foam roller de automasaje, me llevé una pelota de tenis con la que masajeaba las plantas de los pies al finalizar cada jornada. Esto sí que era un verdadero alivio”.

Además, el fisioterapeuta insiste en la importancia de “estirar la musculatura de las piernas ya que se llevan casi todo el esfuerzo y porque repercute directamente en nuestra zona lumbar. Y por supuesto, estiramientos para la espalda los hombros y el cuello”. Si necesitas inspiración, en el canal de YouTube de Pilates LAB tienen ejemplos que pueden servirte.

PIES

Van a soportar tu peso y el de tu mochila durante kilómetros, te van a llevar tan lejos como se lo pidas y te van a enseñar que no necesitas nada más, que solo con ellos puedes ser tan libre como los pasos que te atrevas a dar. Por eso, tan importante como la espalda es que tus pies lleguen en buen estado y ya curtidos al Camino.

“Creo que lo mejor es tener el pie bien hidratado, las uñas bien cortitas, no tener ni durezas ni callos”, recomienda M.

Durante el Camino, el mantenimiento continúa. “Lo que habría que hacer sería poner una antifricción antes de empezar el Camino por las mañanas, con un calcetín de algodón que esté bien ajustado al pie para que no haga pliegues y, una vez que hemos terminado la jornada, darle una crema hidratante, relajante”, apunta la podóloga.

En la misma línea se pronuncia Ángela Fernández, enfermera que realizó un tramo del Camino de Santiago francés en el verano de 2018. “Como rutina, a mí me vino muy bien lavarme los pies, secármelos bien y untármelos de vaselina por la mañana antes de salir. Por las noches, cuando me acostaba, me untaba bien los pies en vaselina y me ponía unos calcetines para que absorbiese y se hidratasen bien para tener la piel lo más fuerte y sana posible”.

AMPOLLAS

No tienen por qué aparecer, pero no lo vamos a negar: existe una alta probabilidad de que hagan acto de presencia. ¿Por qué? “Los principales motivos en el Camino de Santiago son la presión, la fricción y el exceso de humedad”, explica Fernández.

Sabiendo esto, podemos intentar prevenirlas yendo hasta el origen. “En el caso de la presión, son esas ampollas que se producen por llevar un calzado inadecuado como, por ejemplo, unas botas que te aprietan en una zona determinada o no son lo suficientemente acolchadas. Para eso, vienen muy bien los calcetines antiampollas porque vienen súper reforzados, como acolchados en puntos en los que se puede ejercer mayor presión como son las protuberancias óseas del tobillo, la parte de arriba de los dedos o donde termina el puente del pie”.

Si la causa es la fricción, el roce, “para esto vienen muy bien los cuidados previos de la piel: echarnos vaselina, que estén bien hidratados, intentar que no se debilite la piel”, dejando que los pies respiren. Además de, por supuesto, “llevar un calzado que ya tengas adaptado a tu pie para que haya las menores zonas de fricción”.

En cuanto a la humedad, Fernández pone como ejemplo cómo se nos arrugan los dedos cuando pasamos mucho tiempo en la piscina. “Lo mismo pasa en los pies por el propio sudor. Por eso, es importante irnos cambiando los calcetines y llevarlos siempre secos. Cuando hacemos una parada, hay que quitarse las botas para que se nos aireen los pies”. Y, sobre todo, “no continuar con las botas el resto del día, llevar unas chanclas e intentar tener el pie lo más expuesto posible para que no tenga mucha humedad”.

Si ni siquiera esta información te sirve para dar esquinazo a las ampollas, tendrás que enfrentarte a ellas en dos escenarios posibles: rotas (cuando hemos perdido la primera capa de piel) o no (cuando todavía la conservamos). En el primer supuesto, podemos “utilizar algún tipo de hidrocoloide, que son esos apósitos que simulan la piel, como, por ejemplo, los famosos Compeed u otras marcas”, explica Fernández.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que “una vez que se colocan, estos apósitos no se pueden retirar, se tienen que caer solos porque están pensados para mantener las condiciones ideales de humedad dentro de esa herida para que se cure. Se pueden caer a los 15 días y, si es así, tienen que estar los 15 días. Si los retiramos es muy probable que con el apósito arrastremos la piel nueva que estaba creciendo debajo”.

E importante, y aquí Fernández insiste, “solo hay que poner este tipo de apósito cuando hay una rotura en la piel. Es decir, cuando hay una ampolla que ya ha explotado o un roce. Cuando la ampolla todavía está cerrada no sirve de nada y, de hecho, no es nada recomendable. Una de las causas de las ampollas es la sobrehidratación: la ampolla se va llenando y si además la cerramos no va a poder drenar por ningún sitio, con lo cual va a haber una sobrehidratación y se genera todavía más ampolla”.

Es en estos casos, cuando empiezan los debates sobre cómo enfrentarse a una ampolla: ¿drenarla o no drenarla? ¿con hilo o sin él? ¿dejarlo dentro o no?… “Lo ideal sería lavarse bien los pies con agua y jabón, secarlos muy bien y, con una aguja e hilo, atravesar la ampolla de lado a lado y retirar la aguja de tal manera que el hilo nos quede dentro. Recomiendo hacer un nudo en los dos extremos del hilo para no perder el principio o el final dentro de la ampolla. Por último, lo tapamos con un apósito normal, tipo tirita, y lo dejamos así. Si, por ejemplo, hemos hecho la cura por la mañana, lo cambiaríamos por la tarde”, explica Fernández.

En cuanto a la aguja, recomienda que sean estériles. “Cuestan muy poco y se pueden comprar unas cuantas en una farmacia unos días antes del Camino y llevarlas contigo. Incluso, si es solo para ti, puedes reutilizar tu propia aguja y no es necesario que la tires todo el rato. Si no, está la técnica de los boy scouts: quemar una aguja con un mechero para esterilizarla”.

Respecto al hilo, que sirve para drenar la ampolla, “hay que hacerlo en un contexto lo más limpio posible porque también al dejar un hilo dentro de la ampolla para que siga drenando y no se vuelva a llenar, el trocito de hilo sirve como drenaje pero también hace que sea un foco de infección y, por tanto, es muy importante ir cambiando ese hilo”.

BASTONES, ¿SÍ O NO?

“Sí”. Martínez-Cava no duda al aconsejar el uso de “dos bastones telescópicos, los pliegas y los echas a la mochila”. Y es que “los bastones te quitan hasta el 25% del esfuerzo de andar y, además, si vas con bastones, vas moviendo también todo el tren superior del cuerpo. En las subidas, son importantísimos porque puedes tirar y te quita peso, y en las bajadas son imprescindibles porque el golpe de rodillas es importante”.

Por tanto, “dos bastones y, cuando llueve o hace mucho sol, sacas el paraguas y vas con un solo bastón”. Sí, un paraguas, a poder ser antiviento.

PARAGUAS

Entre los consejos para hacer el Camino de Santiago, habrá una sorpresa en tu equipaje. Es más, “paraguas y chubasquero ligero”, aconseja Martínez-Cava. “Para la lluvia, el chubasquero; y paraguas para el sol, que se utiliza mucho más en los días de calor. En verano a las dos de la tarde o 12 de la mañana, el paraguas es ideal”.

¿POR QUÉ ALGUNOS PEREGRINOS LLEVAN UNA CONCHA?

“La concha es un símbolo muy antiguo, es un símbolo erótico de la diosa Venus”, explica el presidente de la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid.

Entonces, ¿cómo acabó en la mochila de los peregrinos? “Empezó la costumbre de recoger una vieira al llegar a Galicia y llevársela de recuerdo. A partir de ahí, se convirtió en un símbolo”.

“En este momento o hace 30 años, cuando se declaró el Camino de Santiago el primer Itinerario Cultural Europeo, la vieira dirigida hacia la izquierda indica que todos los caminos confluyen en un punto, en Santiago”, tu destino, el lugar al que peregrinas y para lo que te deseamos "¡Buen camino!", porque en el Camino no se estila el "hola", se estila el "¡Buen camino!".

¿Y SI PREFIERO IR CON UNA EMPRESA?

Te lo has planteado, pero no te atreves a probar lo de ir por libre y viajar en solitario. No pasa nada. Son muchas las empresas que, con sus servicios, probablemente te proporcionen la tranquilidad y seguridad que te están faltando. “Ofrecemos la tranquilidad de un viaje sin complicaciones”, quien habla es Rafael Sánchez, de Viajes Camino de Santiago, una compañía que se encarga de gestionar todos los servicios que tienen que ver con tu peregrinaje.

" Al reservar con nosotros, el peregrino encontrará un itinerario bien estructurado que incluye alojamientos confortables, transporte de equipaje entre etapas y asistencia en ruta”, explica. Es decir, ellos se encargan de la parte logística y tú, de caminar.

Eres de los puristas, de los que piensan que esta opción puede desvirtuar la experiencia. Como dice Sánchez, cada peregrino puede escoger realizar cómo quiere vivir el Camino. “Optar por una agencia no necesariamente limita esta experiencia; al contrario, puede enriquecerla al eliminar las preocupaciones logísticas, permitiendo así que los peregrinos se concentren plenamente en su crecimiento personal, en las relaciones humanas y en disfrutar de los paisajes y la cultura del Camino”, resume.

LIBROS PARA INSPIRARSE

Además de las consabidas guías, existen numerosos libros que te pueden servir de inspiración previa a hacer el Camino de Santiago, para ir abriendo boca de lo que te encontrarás una vez te lances a peregrinar, para profundizar en este u otro aspecto o para lo que sea que tengas en mente. Y es que, el listado sobre lo escrito sobre el Camino podría decirse que es casi infinito.

A nosotros nos gustaron especialmente Tipos de agua: el Camino de Santiago (Vaso Roto Ediciones), de Anne Carson. No, no esperes algo tremendamente descriptivo y terrenal. Tiene más que ver con emociones, sensaciones y todo ese batiburrillo interno que se te mueve una vez empiezas a peregrinar.

También es una delicia El Camino de Santiago. Acuarelas de viaje, una belleza ilustrada con muchísima delicadeza de la editorial Anaya Touring. Lo firman Antón Pombo (textos) y Zacarías Cerezo (ilustraciones). Y, por supuesto, Guía mágica del Camino de Santiago (Editorial Planeta), del periodista Francisco Contreras Gil: el título con el que descubrir maneras diferentes de mirar la ruta.

PELÍCULAS Y SERIES PARA HACERTE UNA IDEA DE LO QUE TE VAS A ENCONTRAR

Puede que no seas de esas personas a las que les funcione lo de dejar que la vida les sorprenda y que, por consiguiente, ya hayas mirado y remirado todas las fotografías que aparecen en Google Images cuando buscas Camino de Santiago o en Instagram cuando usas ese mismo hashtag.

Si es así, si no puedes resistirte a la curiosidad, quizá lo que necesites sea una buena sesión de cine o un maratón de series. Porque sí, el peregrinar también ha inspirado historias que se han llevado a la pantalla. Es el caso de la serie 3 Caminos (Prime Video) que refleja esas relaciones que se crean peregrinando y que se siguen manteniendo con el paso de los años.

Ver fotos: 9 mochilas de senderismo para caminar durante horas

The Way remueve ya desde su punto de partida: un oftalmólogo estadounidense (Martin Sheen) recibe la noticia de que su hijo acaba de morir en los Pirineos. Al descubrir que estaba realizando el Camino de Santiago, Sheen decide completar la ruta. El toque de humor lo pone la cinta Al final del Camino, protagonizada por Malena Alterio y Fernando Tejero, quienes emprenden su peregrinaje para desenmascarar a un gurú que promete lograr la reconciliación de parejas con solo hacer el Camino.

Ver más artículos

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler

2024-04-29T07:55:35Z dg43tfdfdgfd