CINCO MOMENTOS DEL VIAJERO ZEN PARA DISFRUTAR DE CADA UNA DE TUS ESCAPADAS

Sabrás que eres uno de ellos si en cada situación viajera aflora una mente abierta y una actitud de aceptación y comprensión ante lo que exploras.

Esta versión 3.0 de ti mismo es posible gracias a una palabra mágica, “fusión”, que como el toque de gracia de todo cuanto existe, convierte cada experiencia, cada persona y cada producto en una nueva piedra preciosa. Porque hablando de tesoros, para activar al viajero Zen de forma inmediata podrás tener a mano tu bebida refrescante favorita, Fuze Tea, una fusión de té, frutas y hierbas, distinto a todo lo que has probado hasta ahora, y que cabe perfectamente en tu mochila.

Te acompañará en estos cinco momentos –y en otros similares– que se dan en cada una de tus escapadas. Te invitamos a que midas cuánto tienes tú de Viajero Zen. ¿Preparado para tu próxima aventura?

1. APAGA LA MENTE Y CONECTA CON EL DESTINO SIEMPRE Y EN TODO LUGAR

Si eres un auténtico Viajero Zen te dará igual estar en una jungla urbana o en un entorno monumental natural rodeado del canto de los pajarillos. Lo conseguirás en el desierto pero también en las urbes más populosas en las que explorar al género humano. Si eres capaz de desconectar de tu ‘blablabla’ interior y conectar con el destino, sí eres uno de los nuestros.

Porque el Viajero Zen consigue apagar su “mente mono” –esa que no deja de saltar de uno a otro pensamiento–, y la trae al aquí y ahora, se mimetiza con el entorno y goza de cada detalle y de cada instante. Y todo esto sin abandonar una actitud de gratitud. Porque cumplidos sus sueños y superados los miedos –una vez más– no habrá mejor recompensa que un refrescante Fuze Tea, a base de té, frutas y hierbas para darle más color a tus viajes –disponible hasta en 90 países–.

2. DESCUBRIR QUE LA FUSIÓN ES LA LLAVE QUE ABRE TODAS LAS PUERTAS

Y cuanto más viaja y más conexiones explora, el Viajero Zen toma conciencia de que la fusión de los distintos elementos, desde tiempos inmemoriales, crea algo superior. ¿Recuerdas ese plato que fusiona cocinas de diferentes partes del mundo y con el que casi lloras por la intensidad de los contrastes de la mezcla? ¡Podrías recrear este recuerdo ahora mismo en tu paladar!

¿Y aquel baile folclórico que te dejó con la boca abierta? Nunca habías visto nada igual y en él podían rastrearse los orígenes de los varios pueblos que habitaron este lugar. ¡Fue mágico! Por no hablar de aquella lengua aún viva, fusión de tantas otras, que oíste en aquel colorido mercadillo.

Y es que el resultado de las mezclas es pura magia. Es el lenguaje que habla la naturaleza, que crea una versión superior conectando información diversa también entre las personas del mundo. Pero ojo, si la fusión es la llave que abre todas las puertas, el Viajero Zen finalmente descubre que se trata de la sencilla aceptación natural de todos los contrastes. La esencia de la vida en la tierra.

3. DONDE FUERES HAZ LO QUE VIERES: ELEVA TU EXPERIENCIA

Y echando mano del refranero popular –sabiduría ancestral– esta es otra de las actitudes que te permiten fluir con cada destino, elevando tu experiencia a nivel nativo. Nos referimos a cualquier situación en la que te hayas acogido a las costumbres del país como si fueran propias.

¿Recuerdas cuando te invitaron a participar de una comida que en casa jamás hubieras probado? Tu enorme sonrisa honraba a todos los presentes. O el día que decidiste vestir con aquel atuendo para pasar desapercibido como una muestra más de respeto a la comunidad.

Ver fotos: 6 rasgos que identifican al viajero Zen por excelencia

Por no hablar de aquel capítulo, en el que esperaste sentado en un autobús destartalado varias horas, hasta que se llenase lentamente, uno a uno… y el conductor decidió partir. Sacaste tu diario, escribiste un buen capítulo –hoy aún te hace reír el relato– y disfrutaste sin prisa de tu bebida de té favorita: Fuze Tea. ¡Esa es la actitud!

Y es que el Viajero Zen descubre que jugar el papel de invitado a lo largo y ancho del mundo es lo que te permite elevar la experiencia exponencialmente. Aquel día por fin integraste el código de los nativos y fuiste uno más, sin duda.

4. RESPETAR EL ENTORNO NATURAL COMO EL HOGAR GLOBAL DEL QUE FORMAS PARTE

Comprometido con la sostenibilidad, el Viajero Zen no camina por el mundo de cualquier manera. Lo hace sin dejar huella y le preocupa tanto el cómo viaja como lo que consume además de las personas involucradas en todos estos procesos.

Fue en aquella isla, cuando viste cómo se cultivaba el té de tu Fuze Tea, y te explicaron el proceso, cuando valoraste qué hay detrás de que tu bebida favorita, por cierto certificada por Rainforest Alliance.

5. SER O NO SER NATURAL, ESTA ES LA CUESTIÓN

Y es que por encima de todo, eres natural y lo llevas por bandera. La naturalidad te ha salvado de tantas situaciones… Como la de aquel aeropuerto cuando te viste sorprendido por una situación que eras incapaz de manejar en un idioma absolutamente desconocido y terminaste por sacar de tu mochila tu bebida favorita y dejar fluir la situación con una gran sonrisa y una mirada franca.

O cuando ya en el avión, a tu compañero de viaje se le caía todo el tiempo la cabeza hacia tu lado, emitiendo unos ronquidos de esos que invitan a correr en la dirección contraria. ¿Cuál es la respuesta de un Viajero Zen de tu talla? Naturalmente, sacar un Fuze Tea muy fresco de la mochila, y por qué no, darle unos toquecitos en el hombro e invitar a tu vecino a otro Fuzetea.

Ver más artículos:

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler

2024-04-18T07:37:03Z dg43tfdfdgfd