48 HORAS EN CáCERES

He aquí nuestra una guía para exprimir 48 horas en Cáceres, uno de los destinos elegidos de España y Portugal para este año 2023 por Condé Nast Traveler.

VIERNES

17:00h. El centro neurálgico de la ciudad es la Plaza Mayor. Hoteles, terrazas, restaurantes... Está a cinco minutos de todo, así que podemos volver cuando queramos a comer, cenar, tomar algo y hacer parada técnica en nuestra habitación. La Torre de Bujaco de fondo ofrece fotos obligadas de día y de noche. Por 2,5 euros podemos subir a visitarla y disfrutar de sus panorámicas, además de recorrer parte de la muralla. La entrada incluye también el Baluarte de los Pozos, que visitaremos al día siguiente. Junto a la torre, las escaleras del Arco de la Estrella nos invitan hipnóticamente a subirlas para introducirnos en la Ciudad vieja de Cáceres.

18:30h. Siguiendo recto por el arco nos topamos con la Plaza de Santa María, donde se encuentra actualmente la Oficina de Turismo. Aquí también podemos subir por las claustrofóbicas escaleras de caracol hasta el campanario de su Concatedral, con vistas aún más altas. Siguiendo hacia la derecha veremos la estatua de San Pedro de Alcántara, cuyos pies se desgastan a diario porque la tradición aconseja besarlos para casarse o aprobar los exámenes. Tras atravesar la Plaza de los Golfines enseguida llegamos a la Plaza de San Jorge, patrón de Cáceres y ajusticiador de dragones, con la impresionante fachada de la Iglesia de San Francisco Javier. Las antiguas tiendas de souvenirs fueron reconvertidas en bar restaurante, así que podemos sentarnos a echar una caña. Con un poco de suerte veremos la actuación de Juglar por la noche, compañía de rutas amenizadas con teatrillos. Visita obligada al Jardín de Ulloa, cuyo encanto sirve de inspiración para cualquier relato romántico.

20:00h. Bajando por la Cuesta del Marqués nos topamos con el Museo Árabe. Tampoco es que vayamos a salir impresionados del lugar (dos habitaciones y un patio, se ve en apenas 20 minutos y el guía no es que sea muy entusiasta en sus explicaciones), pero si es la primera vez que visitamos la ciudad puede verse. Torciendo por el Rincón de La Monja está Sir Lancelot, una taberna tan curiosa como desapercibida que hará las delicias de cualquier aficionado a la literatura artúrica: tapices medievales y, colgada en la pared, la famosa mesa redonda. Y en el patio interior, un rincón irrepetible donde tomar un té. Continuando por la misma calle se haya la Filmoteca de Extremadura, con sesiones de cine bastante aconsejables.

22:00h. Ya es hora de ir a cenar de regreso a la Plaza Mayor. En su esquina noreste se esconde la Taberna El Rincón, lugar 100% recomendable tanto por sus tapas y raciones de la tierra (prueba sus migas extremeñas, su croquetas de espinacas o su queso con membrillo) como por su extensa carta de cervezas (desde la artesanal cacereña Cerex a su propia hidromiel, Odin). Además, los viernes se sienta en su terraza un grupo de música celta a improvisar canciones de Gwendal. Más medieval imposible.

23:30h. Tomamos la primera copa en el Dio (Arco de España, 4), a escasos cinco metros. Si el nombre del pub no te da una pista te lo decimos nosotros: es más heavy que el infierno. Para rematar la noche volvemos un momento por el Arco de la Estrella para meternos en El Corral de las Cigüeñas (Cuesta de Aldana, 6), terraza enclaustrada en el casco antiguo: agradable ambiente exterior y música en directo. Un poco más arriba de la cuesta se yergue la Casa del Mono, cuyas gárgolas inspiran leyendas de lo más interesantes.

SÁBADO

10:00h. En las terrazas de la Plaza Mayor tomamos el desayuno de los campeones: café con leche, zumo de naranja y tostada de tomate (que se puede completar con jamón ibérico). El precio varía dependiendo del bar, nosotros optamos por Los Arcos (Pza. Mayor, 22).

11:00h. Regresamos por el Arco de la Estrella al Casco antiguo, aunque esta vez giramos un momento a la izquierda en la Plaza de Santa María para visitar la exposición del Palacio de Carvaja , situado en la calle Amargura (dicen que su nombre se explica al recorrerla en verano, con 40 ºC a la sombra). Maquetas de la ciudad, proyecciones, fotografías y, en general, bastante información sobre la provincia de Cáceres. De nuevo en la Plaza de San Jorge paramos a visitar la Fundación Mercedes Calles, alojada en el Palacio-Casa de los Becerra. La planta baja aloja una exposición gratuita de muebles, cuadros y antigüedades de la susodicha Mercedes, mecenas de la ciudad en el siglo XX. Las otras dos plantas albergan exposiciones de originales de la talla de Picasso, Rembrandt, Warhol, Rubens o Goya.

Subiendo por la Cuesta de la Compañía toparemos con el Centro de Divulgación de la Semana Santa Cacereña. Curiosa visita que permite desde ver los diferentes capirotes de las cofradías locales hasta un simulador para saber qué se siente al soportar el peso de uno de los brazos en las procesiones, así como el acceso al Aljibe del Convento de los Jesuitas.

14:00h. Lo de levantar santos da hambre a cualquiera, así que regresamos a la Plaza Mayor para comer en alguna terraza o vamos al encuentro de la cocina tradicional de El Figón de Eustaquio, para degustar unas migas o un plato de caza.

16:00h. Subimos de nuevo al casco antiguo hasta la Plaza de San Mateo, buen lugar para echar fotos y posiblemente disfrutar de algún músico ambulante. A su lado, la Plaza de San Pablo, igual de elegante, en cuyo convento es posible comprar dulces. Todo para llegar hasta el Palacio de las Veletas, actual Museo de Cáceres (gratuito). Secciones de arqueología, etnografía (especialmente interesantes los trajes regionales y los tétricos disfraces paganos) y Bellas Artes. No obstante, lo más destacable es el Aljibe árabe de su planta baja, en perfecto estado de conservación. Ya estamos al lado de la Judería Vieja (antiguo barrio judío), así que aprovechamos para gastar nuestra entrada en el Baluarte de los Pozos (C/ Barrio de San Antonio, 17), con detallistas maquetas de la ciudad y acceso a una de sus principales torres.

20:00h. Un paseo agradable el de la Judería Vieja, donde camino al centro podremos descansar en la terraza de Las Claras, tabernilla situada en la apacible placita que hay en el cruce de las calles Hornos, Soledad y Sierpes. Desde allí podremos enganchar ya la calle Pizarro, donde se aloja la mayoría del ocio nocturno. En el número 17, el Cambalache hará las delicias de los rockeros. Ambiente motero y rock&roll nacional e internacional hasta altas horas de la madrugada. Algo más adelante, ya en la calle Donoso Cortés, cabe destacar el histriónico pub Bulevar, cuya transgresora decoración y exposiciones de artistas locales no dejarán a nadie indiferente: escaparates repletos de cabezas de muñeca, tapas de water pintadas…

De vuelta al hotel cenamos nuestro sagrado Rosendo. Un pequeño establecimiento dispensa para llevar desde hace 30 años esta especie de panini con el nombre del rockero carabanchelero, de amplio surtido y consumo obligatorio para cualquier trasnochador que quiera seguir la fiesta.

DOMINGO

10:00h. Hoy añadimos mojicón a nuestro desayuno (tendremos que comprarlo en la Confitería Isa, en la Plaza Mayor). Este dulce típico es una especie de magdalena gigantesca que conviene regar con líquido, y es que ya lo dice Extremoduro en Tu corazón: “Veo que me añurgo si no bebo”. Para llevarnos regalos más atípicos que los que ofrecen las numerosas tiendas de souvenirs debemos visitar el Centro de artesanía Casa Palacio de Los Moraga (Cuesta de Aldana, 1) . Monederos, bolsos, botijos, juguetes, ropa y multitud de elementos decorativos hechos en cerámica y cuero por la Asociación Extremeña para la Promoción de la Artesanía.

12:00h. Una estupenda forma de hacer hambre y volver del viaje con las pilas cargadas es relajarse en los Baños Árabes El Aljibe (C/ Peña, 5). Sesiones de hora y media en tres piscinas (fría, templada, caliente) que pueden completarse con varios tipos de masajes.

14:00h. Para irnos con buen sabor de boca comemos en el Mesón San Juan (Plaza de San Juan, 3), donde se jactan de tener el “mejor jamón de bellota de Extremadura”. Imposible saber si es cierto, pero lo que es seguro es que con su variado menú podremos probar la mayoría de las recetas regionales por un precio bastante razonable. También asados y platos a la carta. Otra opción, si este no está abierto, es Javier Martín, donde Javier y Esther sirven una propuesta vanguardista con productos locales de temporada.

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16:00h. Ya con todos los bártulos acoplados en el maletero del coche, no podemos despedirnos de la ciudad sin subir hasta el Santuario de Nuestra Señora de La Montaña. Situado en las afueras, esta cima ofrece unas impagables panorámicas de Cáceres. También permite la visita al templo y un par de bares donde tomar un café para afrontar la vuelta.

Hasta aquí nuestras 48 horas en Cáceres, ¿repetimos?

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