LOS NUEVOS RESTAURANTES DE PARíS QUE NO PUEDES PERDERTE EN TU PRóXIMA VISITA

Estos nuevos restaurantes en París, la capital de la haute cuisine, han llegado para despertar tus sentidos.

GÉOSMINE

Géosmine (71 rue de la Folie Méricourt) es la primera dirección del chef Maxime Bouttier, que acaba de ser galardonada con una estrella Michelin. De singular cachet, en un allure de apacible maison de campagne, el chef afirma su gusto por el terruño y las materias brutas; donde su excelente bodega, llevada por su agudo sommelier Vincent Glaymann guarda referencias, en su mayoría naturales y/o biológicas/ biodinámicas, en armonía con la cocina del chef, como el Domaine de Pierre Damoy (Bourgogne); o Domaine aux Moines de Tessa Laroche.

Tanto a la carta como en sus menús carte blanche, en un cuidado art de la table: vajilla de cerámica hecha a mano y cristalería soplada a boca, desvela su cocina creativa y precisa con productos de calidad provenientes de circuitos cortos, dando lugar a exquisitos bocados como tarama cítricos, botarga, aceite de oliva; fricassé de atún rojo, alioli harissa; espinacas, salvia, pepinillo, col rave; pargo, col puntiaguda, kale, sabayón de vino amarillo; o ubre de vaca, crema ahumada al heno y caviar de Aquitania de Sturia. Para terminar con una ligera acedera catalana, hoja de roble, estragón. Chapeau !

MAXIM’S

El emblemático restaurante Maxim’s (3 rue Royale) reabre sus puertas con la pompa, el ambiente aterciopelado y la decoración art Nouveau que le hicieron legendario en los années folles, y tan de moda en los fifties, sixties, seventies o en el período de Pierre Cardin. Fue frecuentado por la alta sociedad, chics, bohemios, artistas, reyes, vanguardistas o tops models… Proust, Piaf, Cocteau, Onassis y la Callas, Delon, Belmondo, o Gainsbourg y Birkin en su primera cita.

Su bello escenario de antaño, rebosante de frescos, ornamentos de caoba, bronce y cobre, espejos biselados, vidrieras, los elegantes jardins d’hiver; y sus alegorías vegetales, es pura magia. Así aludiendo las icónicas veladas de entonces, invita a discretos almuerzos en las salas “grill” u“omnibus” y a cenas festivas en la “grande salle” con música en directo, que se prolongan en su mítico bar de la primera planta.

En el sublime art de la table de sus coquetas mesas sirven clásicos revisitados y otros platos inéditos: ancas de rana persillées; soufflé de queso; lubina salsa Choron; pollo Henri IV; lenguado Albert; bogavante a la americana; vieiras a la mantequilla blanca, o tournedos Rossini... terminando con regresivos postres del pâtissier Yann Couvreur, crêpes Suzette o tarta de limón meringué.

DOUBLE

Double (87 rue Lamarck) esconde un doble concepto, protagonizado por el chef Tsuyoshi Yamakawa y sus deliciosas recetas inspiradas en sus raíces japonesas y su pasión por la cocina italiana.

A mediodía propone una carta take-away mona producto de onigiris, de gamba picante Ebi Chili; de ragout japonés; o vegetariano de berenjena caramelizada, que se pueden acompañar de una perfumada sopa miso.

Por la noche, el restaurante se torna en íntimo, de suave luz y aire tokiota, donde dejarse llevar por sus sabrosos platos, sus vinos naturales, sus highball a base de whisky japonés, y la apetecible playlist. Doce cubiertos, repartidos en mesas altas, mejor aún en su barra, donde sumergirse en su cocina abierta y degustar su especialidad, pasta y raviolis frescos y caseros, con influencias japonesas, como los spaghetti alla chitarra, con alcachofa y chips de topinambur; y otros platillos como maritozzo salado ricotta-ikura; rábano botarga y nata montada; y sus postres como el dorayaki crema de praliné; o el sorbete naranja hinojo.

LAFAYETTE’S

Lafayette's (8 rue d’Anjou) ocupa ufana el hôtel Mazin, un hotel particulier de 1728, hoy Patrimonio Histórico, donde a principios del siglo XIX, el marqués de La Fayette (figura legendaria de los Estados Unidos) celebraba sus famosas veladas.

Bajo la escenografía de Lázaro Rosa-Violán, la secreta brasserie chic interpreta el art de vivre à la française en una audaz recreación del siglo XIX, una cálida atmósfera donde sillas contemporáneas “macaron” conviven con bancos de telas antiguas, parquet de origen, alfombras, o un espejo y una tapicería del siglo XVIII de Aubusson de la exquisita galerie Kraemer.

Su equipo ataviado con lavallières de Bourrienne Paris X inspirados en el fin del siglo XVIII, conduce a los “invitados” a sus elegantes mesas vestidas de plata y porcelana. Donde el reputado chef étoilé Mory Sacko sirve con boato una cocina francesa neo-burguesa de influencia africana, y un guiño al continente americano, lubina braseada en hoja de plátano con attiéké, plátano y salsa verde; curry de boniato, lima, albahaca, arroz perfumado; pâté en croûte “Lafayette’s” junto a Maison Vérot, a modo de pollo Yassa; amén de su tarte tatin de mango caramelizado con crema cruda.

LITTLE MISS GEISHA

Little Miss Geisha (13 rue de Médicis) es un poético restaurante que brinda una gastronomía japonesa, llevado por un afable servicio, en un delicado y cálido ambiente, propio de las más refinadas machiyas de Kioto.

Frente al Jardin du Luxembourg, su teatral decoración, inspirada en el wabi-sabi; el brutalismo japonés de los ’60; la artesanía; las influencias de George Nakashima, Pierre Soulages o Charlotte Perriand; y los objetos chinés; cambia a lo largo del día, del almuerzo, al tea-time, al brunch del domingo, o su tamizado allure nocturno al estilo de los bares jazz kissa, con sus sofisticados cócteles, highballs y sakes.

Ver fotos: Gastronomía de Japón, 16 platos para recorrer el país

Su sabrosa cocina familiar, de temporada y responsable, convida aromas marinos y vegetales, como su pot-au feu mar y tierra; el dashi vegetal infusionado en frío, algas kombu ahumadas, setas shiitake, mirin y agua de apio; su arroz taru con shiitake, eryngii, miso de campo, mantequilla de nueces, sobacha crujiente; o sus sashimis de atún rojo laqueados al shoyu, ahumados a la flor de cerezo; amén de sus postres, como la mousse de chocolate, miso de cebada artesanal ahumada; o el tiramisu matcha vervena. La Délicatesse !

HALO

Halo (12 rue Saint-Sauveur), situado en un hôtel particulier del siglo XVIII del barrio de Sentier. Conjuga moda, gastronomía y diseño, en una atmósfera minimalista firmada por la agencia mur.mur.

Su concept-store, una curación puntera de diseñadores de moda y artistas, da la bienvenida bajo una imponente cristalera. Y tras sus probadores se accede a su sobrio restaurante ideado por Nina Legrand, luminoso por el día y tamizado por la noche, donde en su cocina abierta, el joven y exitoso chef Victor Blanchet brinda una cocina bistronómica solar, de inspiraciones vascas y marsellesas. Ya sea en sus accesibles menús o a la carta, sirven eglefino nacarado, fricasé de verduras verdes mentoladas, emulsión de anís; raviolis de txistorra, queso brousse, pimientos de Espelette; o bouillabaisse, salmonete madurado y snacké, rouille… acompañados de una ecléctica selección de vinos y cóctels… y postres tradicionales, o no tanto.

Su sótano, bañado por Halo Giga, una envolvente proyección luminosa del Studio Mandalaki, disimula un bar à cocktails y la table d’hôtes Harrera, un sofisticado “speakeasy” privatizable, de florida escenografía y menús gastronómicos.

MOJJU

Mojju (4 rue de l’Exposition) es la tercera y nueva dirección del conocido chef Thibault Sombardier, un viaje a Corea del Sur, en un equilibrio entre el tradicional bistrot parisino y el hanok coreano. Dorénavant Studio crea un agradable y distendido ambiente empleando cerámica esmaltada, madera goujé, máscaras tradicionales hahoetal, sin olvidar la barra y las banquetas à la parisienne, que se presta a compartir su sabrosa carta realizada por el chef Hosub Im.

La asociación de los sabores coreanos y el savoir-faire français da lugar a un variado semainier, y a delicias como las ostras sazonadas con kimchi, hinojo, Gochujang; pancake gambas, tofu, champiñón; sus preparaciones a la brasa, de rape/miso, o brochetas de calamar, escargots, Gochujang; o el Ssam, plato típico en el que se usa una hoja de ensalada para envolver carne o pescado con salsa ssamjang. Délicieux !

27/4 (OMAKASÉ Y SUSHI YOSHINAGA)

Como en Tokio, pero a dos pasos de la Ópera Garnier, en 27/4 (27 rue du 4 septembre) cohabitan dos restaurantes en una única dirección, un bar futurista y una sobria y elegante barra donde el chef Tomoyuki Yoshinaga ejerce el arte del sushi.

Su espacio único contrasta tradición y modernidad. En la planta baja Omasaké, bar à saké, un bar con aire de nave espacial, que ofrece una amplia carta de sakes de excepción cuidadosamente seleccionados por sus sommeliers, acompañados de creativos platillos pensados por el chef Tomoyuki Yoshinaga, como la ternera Wagyu A4 en tataki y tartare de anguila, ensalada de berros, yuzu; tsukemono (verduritas marinadas); o la botarga sobre risotto japonés cocido en caldo de pescados nobles y huevo a baja temperatura.

En la primera planta, más tradicional, Sushi Yoshinaga, le comptoir à sushi (hoy étoilé), es una imponente sala donde el chef, en el centro de la barra y rodeado de los comensales, prepara un menú único omakase a base de pescados de temporada frescos o madurados preparados minuciosamente en un rotundo silencio.

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