LOS RESTAURANTES DE MODA EN LONDRES QUE DEMUESTRAN QUE NO SE COME MAL EN LA CAPITAL BRITáNICA

Viajar a Londres siempre está en el radar de cualquier foodie que se precie. Y no solo porque la capital británica sea un hervidero de tendencias y novedades -como los conuts- sino también porque es aclamada como una de las mejores y más diversas escenas gastronómicas del mundo.

Esta ciudad global ofrece más de un centenar de cocinas nacionales que incluyen comida china, vietnamita, india, de Sri Lanka, malaya, yemení, etc. Tanto es así que Insider clasificó a Londres como la segunda mejor ciudad gastronómica del mundo en 2018. Y esto tiene una clara razón de ser y es que los londinenses han estado, desde siempre, abiertos a la comida de diferentes culturas y regiones alrededor del mundo.

¿Te vienes a dar una vuelta por el mundo sin salir de la capital británica? Prometemos experiencias memorables, platos variados y sobre todo, sabores nuevos y deliciosos.

Un viaje a la Asia oriental sin escalas

En Londres puedes encontrar cocina de todo el mundo, especialmente, del continente asiático. ¿Puede que aquí se coman algunos de los mejores dim sum del globo? Así lo testifican restaurantes muy reconocidos como Hakkasan, Yauatcha, A Wong o Din Tai Fung. Pero hay muchos más.

Habrás pasado decenas de veces por allí. Y es que el Chinatown londinense es ya una atracción turística más de la ciudad. Desde sus puertas traídas de Beijing, hasta los cientos de farolillos rojos que adornan la calle. Y por supuesto, las decenas de restaurantes que se agolpan en este pequeño barrio chino. Aquí puedes elegir desde un sichuanés hasta dim sum, en algunos de los mejores restaurantes chinos de la capital.

Entre ellos, ¿quizás el favorito de Carlos III y Camilla? Por lo menos sabemos que por allí pasaron, ya que tienen varias fotografías de los actuales reyes del Reino Unido. Se llama Dumpling's Legend, y está especializado en xiaolongbao que preparan afanados cocineros en una cocina a la vista de todos. Los tienen de cerdo picante, de cangrejo de río, de verduras o de trufa. Y así hasta más de 40 versiones diferentes de dim sum, de los que aseguran, preparan más de 8000 unidades diarias.

La cultura de los baos es otra que está harto extendida por la ciudad. Y los puedes probar en multitud de espacios, pero todos coinciden, hay uno que se sale de la regla. Se llama Bao y abría hace unos años su primer espacio en el Soho. A día de hoy, sigue acumulando colas en el exterior. ¿La razón? Todos quieren probar uno de sus esponjosos bollos llegados de Taiwán.

El éxito hizo que abrieran otras sedes, en Borough o King's Kross, entre otros. La elección aquí es sencilla, porque apenas tienen unas cuantas cosas en carta. Si es tu primera vez, después de abrir boca con sus alguno de sus aperitivos xao chi, entre los que se encuentra nuggets de manitas o unas patatas de boniato con ketchup de ciruela, pide el bao clásico, relleno de jugosa carne de cerdo y cacahuetes o el de pollo frito. También tienen opciones rellenas de daikon o cordero. ¿El postre? Su bao frito Horlicks relleno de helado.

Y del gigante chino a Japón. De este último la ciudad tienen grandísimos representantes como Umu o Endo, pero si quieres algo más sencillo ¿qué tal unos udon? El chef japonés Shudon Oda abrió por primera vez en 2010 y en el Soho, su restaurante Koya, un bar japonés de fideos udon. Hoy ya cuenta con varias localizaciones. En todas ellas se han especializado en fideos udon recién hechos y caldo dashi, además de donburi de arroz y pequeños platos nipones. No te pierdas los udon kinoko, elaborados con setas y miso de nueces.

Tailandia y barbacoa. Suena bien, ¿verdad? Eso es lo que encontrarás en los dos locales firmados por el chef autodidacta Ben Chapman, Smoking Goat y Kiln. En ambos se inspira en los platos de la Tailiandia rural, de las zonas que limitan con Birmania, Laos y Yunnan, pero elaborados con ingredientes británicos de primera.

Y así lo testifica en su menú que cambia casi a diario, en el que no faltan los mariscos y pescados que se entregan frescos cada día, el cerdo de Tamworth criado para ellos en Somerset y hasta las hierbas y verduras tailandesas, que les proporcionan productores locales.

Desde India con amor y un salto a Sri Lanka

La India pertenece al sur de Asia, pero por su grandísima extensión, se considera un subcontinente. Y también es una de las comunidades más abundantes en la ciudad, llegando a sumar el 6,6% de la población londinense. Así que no es de extrañar que la ciudad goce de fabulosos ejemplos donde conocer más la cocina de este enorme país.

De hecho, los restaurantes indios de Londres están acaparando el protagonismo culinario como nunca antes. La ruta de las especias está más caliente que nunca con nuevas aperturas y consolidación de los de siempre. Y se cuentan a decenas. Benares, Tamarind Kitchen, Trishna o Dishoom cada día suman más adeptos.

¿Uno de los más especiales? Gymkhana. Este elegante restaurante se inspira en los antiguos clubes de gymkhana de la India en la época colonial, con un interiorismo donde mandan la madera oscura pulida y las ricas telas estampadas, que junto a fotografías de época, te hacen trasladarte de inmediato a un lugar lejano del centro de Londres. Tienen un menú degustación y platos a la carta, con un concepto que va desde los asados al horno tandoor, al curry, pasando por elaboraciones a la parrilla. ¿Lo mejor? Su wild muntjac biryani, un arroz que presentan dentro de un hojaldre y es absolutamente delicioso.

Y por cercanía, damos un salto a una de las islas cercanas al país. ¿Alguna vez has probado la cocina de Sri Lanka? Si todavía no lo has hecho, reserva en Paradise Soho. Las recetas de su abuela, son la inspiración para el menú encabezado por Charith Priyadarshana, quien se mudó aquí desde Colombo hace 10 años.

Y sus platos no pueden ser más genuinos. Por ejemplo, la berenjena frita viene con jaggery moju, un pepinillo tradicional de Sri Lanka y las vieiras escocesas se acompañan de un curry kiri-hodi de langostinos. Prepárate, porque no escatiman con el picante.

¿Última parada? Europa

Hemos comido en buena parte del mundo. Pero, ¿qué hay de la cocina británica? No solo viven de Sunday roasts y de platos con puré de patata y guisantes.

Si quieres darte un homenaje -el menú degustación se tarifa a 195 libras- pon rumbo a The Clove Club, posiblemente el mejor exponente de la cocina británica de la capital. El escocés Isaac McHale abrió este restaurante en el histórico Ayuntamiento de Shoreditch en 2013 y desde entonces, no ha hecho sino acumular reconocimientos, llegando a estar incluso en la preciada lista de los 50 Best Restaurants -en el puesto 32 en la última edición-.

Su 'british modern cuisine' se nutre de productos de todo el país, desde vieiras de Orkney hasta langosta de Cornualles y carne de cerdo Middlewhite madurada en seco. Con ellos, prepara platos sofisticados que le han valido el reconocimiento de dos estrellas Michelin.

Algo más económico pero igualmente fabuloso es St. John, el restaurante al que daba vida el chef Fergus Henderson allá por 1994 en la calle homónima. Hoy cuenta con más localizaciones, como el recién estrenado en el barrio de Marylebone y es otro de los grandes exponentes de la alta cocina británica.

De su menú se pueden probar excelentes bocados como el cangrejo entero con mayonesa, la gallina de Guinea asada con col lombarda o los salmonetes con hinojo y salsa verde. Pero si hay un plato por el que delirar, ese es su tuétano asado, que acompañan con una sencilla ensalada de perejil, alcaparras, chalotas y jugo de limón, para untarlo todo sobre un pan tostado en casa.

En Madrid, las colas se acumulan a diario para comer en uno de los restaurantes del grupo Big Mamma, Bel Mondo. Lo mismo sucede en Londres, con una de sus trattorias, Circolo Popolare ubicada en Fitzrovia. Una vez más, el espacio es de lo más embaucador, con paredes de doble altura cubiertas por completo de todas las variedades posibles de licores. Su menú mira hacia Sicilia y aquí se preparan las que se consideran como unas de las mejores pizzas de la ciudad, que además se pueden pedir por metros. ¿Una de las más originales? La Peas and Love, una pizza con crema de guisantes, mozzarella fior di latte, stracciatella cremosa, tomates secos y virutas de pecorino.

Una de las últimas sensaciones en cuanto a cocina viajera, ha abierto en el que posiblemente se convierta en el próximo barrio de moda. La reapertura de la icónica Battersea Power Station, reconvertida en centro de ocio, ha puesto en el radar cool a este barrio al suroeste de la ciudad. Alrededor de esta planta eléctrica que llegó a proporcionar electricidad a Palacio de Buckingham, han surgido numerosos espacios también gastronómicos.

La apertura el pasado diciembre del primer Art'hotel de la cadena en la ciudad, marcó otro hito. Diseñado por el español Jaime Hayon, se mueve entre el arte y una paleta de colores que da una viveza sin igual al barrio. Entre sus joyas, una de reciente apertura, el restaurante Joia, un impresionante espacio con vistas a Battersea, capitaneado por el laureado chef portugués Henrique Sá Pessoa, reconocido con dos estrellas Michelin en su restaurante lisboeta Alma.

Aquí Sá Pessoa ha apostado por una unión de las técnicas culinarias portuguesas y catalanas, dando lugar a un menú pensado para compartir con platos deliciosos como los mejillones bulhão pato, el escabeche de champiñones británicos silvestres o la estrella de la casa, el bacalhau à brás. La experiencia se eleva a lo más alto si terminas en su bar tomando un cóctel o una copa, con vistas a las impresionantes chimeneas de la Battersea Power Station que se iluminan por la noche.

¡Nunca volverás a decir que en Londres se come mal!

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