EN REINO UNIDO DECIDEN EXPLORAR LA AUTéNTICA RAZóN POR LA QUE BARCELONA Y MADRID “ESTáN HARTAS DE TURISTAS BRITáNICOS”

La imagen idílica del turismo en España empieza a resquebrajarse, especialmente en Barcelona y Madrid. Lo que antaño era motivo de orgullo económico, hoy se ha convertido en fuente de malestar para miles de ciudadanos. Y aunque los visitantes llegan de todo el mundo, un grupo destaca por su volumen y visibilidad: los turistas británicos.

A diferencia de otros destinos turísticos que viven de las temporadas altas, tanto Madrid como Barcelona reciben turistas los 12 meses del año, sin apenas descanso. Este turismo constante ha transformado el día a día de los barrios más céntricos.

“Lo que antes era solo en verano, ahora ocurre todo el año. No hay un solo día sin gente arrastrando maletas por el barrio”, comenta Marta, vecina del barrio Gótico de Barcelona.

Servicios colapsados y precios desorbitados

Entre las principales quejas se encuentra la presión sobre los servicios públicos. El sistema de transporte, la recogida de residuos y hasta la atención primaria sanitaria sienten el impacto de un volumen de población flotante que muchas veces duplica al residente.

Además, los precios del alquiler se han disparado, en parte por la proliferación de apartamentos turísticos. “La vivienda se ha convertido en un producto para visitantes, no para quienes vivimos aquí”, señala un portavoz de un colectivo vecinal en Lavapiés, Madrid.

En Barcelona, donde el malestar ha llegado a niveles críticos, activistas irrumpieron hace unos días en un autobús turístico frente a la Sagrada Familia, uno de los lugares más emblemáticos. Allí, desplegaron pancartas con lemas como “Apaguemos el fuego turístico” y rociaron con agua a los ocupantes del vehículo como gesto simbólico de “limpieza del espacio público”.

La protesta formó parte de la campaña para el próximo 15 de junio, declarado como “Día de la lucha contra la turistificación” por diversos colectivos sociales.

Una advertencia directa al turista extranjero

Las declaraciones de la activista Elena Boschi durante una cumbre ciudadana celebrada en Barcelona han avivado el debate. Según ella, es necesario que los turistas “sientan cierto grado de incomodidad” para que tomen conciencia del problema. “Sin incomodidad, no hay cambio”, afirmó.

Un mensaje dirigido en gran parte al turismo británico, uno de los más numerosos en España, y también uno de los más señalados por ciertos comportamientos incívicos en zonas turísticas.

Los datos no engañan: solo Barcelona recibió 30 millones de turistas en 2023, más de seis veces su población local. Las estrechas calles del centro histórico, el transporte público y los parques urbanos no están preparados para semejante afluencia, advierten urbanistas y colectivos vecinales.

Por ello, algunos ayuntamientos ya estudian nuevas medidas: desde la limitación de cruceros y licencias turísticas hasta campañas de sensibilización dirigidas a los visitantes.

La tensión entre turismo y vida cotidiana se ha convertido en uno de los grandes desafíos de las capitales españolas. Mientras el sector turístico continúa siendo uno de los motores económicos del país, cada vez más voces reclaman un equilibrio real entre beneficio económico y bienestar ciudadano.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

2025-05-09T09:35:12Z