UN COMPLEJO DE CASAS VACACIONALES EN MéXICO QUE SE FUNDE EN EL ENTORNO NATURAL

La región del Valle de Bravo se ha convertido en una de las zonas turísticas más importantes de México debido a diversas razones, como su cercanía a Ciudad de México -apenas a dos horas en coche-, la artesanía que elaboran sus habitantes, sus paisajes y el lago donde practicar deportes acuáticos. De hecho, en 2005 se incorporó al programa de Pueblos Mágicos. Estos valores de la zona han conllevado la creación de viviendas vacacionales para dar cabida al turismo emergente que se destina. En esta situación se encuentra este conjunto de viviendas vacacionales, las cuales se funden con el paisaje boscoso circundante para integrarse plenamente en él.

Integración con el paisaje César Béjar

Residencias que se funden con la naturaleza

El complejo de viviendas residenciales para uso vacacional, que ha sido bautizado como Los Helechos, ha empleado distintos materiales como el hormigón, la madera y el ladrillo para fundirse con la naturaleza que lo rodea. El complejo cuenta de 1.150 m2 que albergan cuatro casas idénticas situadas una junto a otra en un terreno irregular en el interior del Rancho Avándaro, una comunidad vacacional de golf y recreo.

Patio central César Béjar

El proyecto ha sido realizado por el estudio mexicano Taller Héctor Barroso, un despacho fundado en 2011 que ya ha realizado diversos proyectos en Ciudad de México, el lugar donde tiene su sede, entre los cuales se debe destacar un complejo de apartamentos de color caramelo y una pista de tenis de tierra batida en Los Cabos.

La concepción primordial del proyecto en su diseño fue que las viviendas se integraran en el paisaje arbolado para que la naturaleza fluyera en el interior del hogar. Según palabras del estudio: “Los Helechos es un conjunto de casas diseñadas para que la naturaleza actúe en la intimidad del hogar, creando una arquitectura silenciosa que acompañe la belleza de sus jardines”.

Hormigón, madera y ladrillo Jaime Navarro

Materiales naturales

Cada casa cuenta con dos niveles de altura y un sótano. Tienen una planta en forma de C y presentan unos volúmenes rectilíneos en torno a un patio central compuesto por numerosas plantas autóctonas. Así, las viviendas están enfocadas hacia ese patio central, el cual “se convierte en un espacio de transición y contemplación: una zona entre lo público y lo privado, que permite que toda la casa mantenga una relación directa con la naturaleza”.

Pérgola César Béjar

Los materiales empleados para su construcción fueron el hormigón, el pino y el ladrillo rojo enlucidos con estuco a base de tierra. Ello le confiere un semblante tradicional, como el de las viviendas locales levantadas con adobe, permitiendo una integración mayor con el entorno. Las ventanas se enmarcan con madera tropical de ipe y la pérgola exterior es de pino laminado.

Interiores

Hacia el interior, los acabados cuentan con puertas de roble y las paredes están revestidas de estuco. Los suelos también están revestidos, en esta ocasión de cantera, un tipo de piedra procedente de una explotación local. La distribución interior reparte las zonas comunes y privadas de manera que todo esté conectado. En la planta baja se encuentran dos dormitorios y una combinación de espacios, a caballo entre interiores y exteriores, destinados a la cocina, al salón comedor y a un espacio donde descansar. En la planta superior se ubican otros dos dormitorios, mientras que en el sótano se encuentra un almacén y el garaje.

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