EL PALACIO SITUADO EN EL PAíS VASCO QUE ES PROPIEDAD DE TáNGER (MARRUECOS) PESE A ESTAR EN ESPAñA
El palacio de los Álava-Esquível, edificio del siglo XV rodeado por dos torres, ha vuelto a estar en el punto de mira esta semana. ¿El motivo? Está claro: el alcalde de Tánger, Mounir Laymouri, ha visitado Vitoria para reunirse con la primera edil, la socialista Maider Etxebarria, de cara a una posible colaboración que resuelva este controvertido asunto.
Sin duda alguna, la polémica tiene su origen en el siglo XV, cuando el palacio empezó a construirse. No se terminó hasta el XVI, cuando fue a parar a manos del Ayuntamiento de la ciudad de Tánger y que ahora, tras acabar con listas rojas de conservación por su deterioro, languidece sin que sus dueños quieran hacerse cargo de 425.00 euros.
Un peligro para residentes y transeúntes
Sí, una deuda en concepto de impuestos, reparaciones y multas. Es más, en un estado de deterioro alarmante, este palacio que ha sido testigo de la historia y el poder de una de las familias más destacadas de la provincia, representa un peligro tanto para sus residentes como para los transeúntes.
Configurado en tres plantas y ubicado en el corazón del Casco Medieval de Vitoria, está dividido en dos portales y 16 pisos destinados a vivienda, de los que en la actualidad están ocupados diez. El acceso se sitúa en la planta baja y se produce a través de una doble puerta rematada en arcos de medio punto de grandes dovelas.
Características
“La entreplanta, sobre el zaguán, se ilumina con dos ventanas en falso arco conopial y la planta superior presenta cuatro amplias ventanas que carecen de mayor interés; no obstante, en sus marcos observamos curiosas molduras de bolas y flores, típicas de la época”, ha transmitido Hispania Nostra, a ‘Eldiario.es’.
Desde hace años, cabe destacar, Tánger se ha desentendido de la preservación del edificio. La deuda por el impago de impuestos, sumada a las nueve multas coercitivas que se le han impuesto por el peligro que suponía para los vecinos y los viandantes tenerlo en ese estado, llega hasta la mencionada cantidad.
El nuevo desafío
Es más, el Ayuntamiento de Vitoria ha llegado a admitir en alguna ocasión que ha perdido el contacto con la gestoría que le servía de enlace, de tal manera que no tenía forma de contactar con las autoridades de la ciudad norteafricana.
Incluso se ha llegado a sopesar la opción de expropiar el edificio o de acometer una ejecución subsidiaria de las reformas, de modo que habría sido el Consistorio vitoriano el que asumiera las reparaciones para luego girar todos los gastos al de Tánger.
En el encuentro de esta semana, ambas partes hablaron de turismo, cultura, sostenibilidad y economía. Y, también, claro está, del palacio. Aunque la opción de expropiar el edificio parece haberse descartado, ahora se ha dado comienzo a una etapa de diálogo y colaboración.
En ella, esperan encontrar soluciones para detener el deterioro del edificio. Y en esa línea, se configurará un grupo de trabajo que contará con la participación de técnicos de las dos ciudades. El tiempo decidirá su futuro.
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